Cuando hablamos de los videojuegos en la actualidad tecnológica, no deja de sorprendernos cómo hemos pasado de gráficos tan sencillos, donde todo (consola y controles) debía estar conectado para que el juego funcionara. En aquel momento, aquello era la gran novedad en tecnología y entretenimiento; no existían sillas modernas, mesas especiales, ni vestuarios para los personajes dentro de las consolas. Solo había una silla normal, todo conectado, y horas de disfrute garantizadas.
Como era de esperar, con la gran evolución tecnológica, el mundo de los videojuegos no se quedó atrás. Hoy en día encontramos una vasta diversidad de juegos, con distintas formas de interactuar: algunos son inalámbricos, otros se juegan en PC y muchos más en consolas modernas y actualizadas. No podemos olvidar la realidad virtual, que ha llevado los gráficos a un nivel donde realmente te sientes inmerso en el videojuego. Es evidente que la tecnología ha transformado por completo los videojuegos, actualizando sus formatos, mejorando los gráficos y ofreciendo una inmensa variedad de géneros. Algunos son más realistas que otros, capturando la atención de todas las generaciones e innovando a pasos agigantados. Además, muchos de estos juegos actuales incorporan elementos educativos en su programación, favoreciendo el desarrollo de los jugadores más jóvenes.
Además, muchos estudios confirman que los videojuegos promueven la colaboración y el trabajo en equipo a través de modos multijugador, donde la comunicación efectiva y la coordinación son clave para alcanzar objetivos. También pueden mejorar la coordinación, los reflejos y la atención a los detalles; Como con cualquier herramienta poderosa, el objetivo está en tener un consumo consciente y equilibrado para aprovechar al máximo sus beneficios y desarrollos. Los videojuegos no solo nos atrapan en sus mundos, sino que también nos preparan para el nuestro, dotándolos de habilidades valiosas y una perspectiva más amplia.