Uno de los cambios más tangibles o notables es la inmediatez y la rápida accesibilidad a la información que obtenemos hoy en día. Antes, el conocimiento era un recurso escaso que requería esfuerzo para ser obtenido, como ir a una biblioteca y leer miles de libros para obtener diversas ideas sobre un tema y se podría afirmar que todos teníamos la misma idea en relación a un tema.
Ya con el paso de los años hemos notado cómo la tecnología ha llegado para hacernos evolucionar y en cómo observamos y vemos las cosas de maneras muy distintas que antes; ya que gracias a su evolución tecnológica avanzada ahora estamos a solo un clic de obtener cualquier información que queramos sin importar la hora, lugar o momento que estemos, Hemos desarrollado una habilidad extraordinaria para escanear, filtrar y procesar grandes volúmenes de información en un momento.
La tecnología ha llegado a nuestras vidas para dotarnos de capacidades asombrosas ya que nuestro cerebro es tan extraordinariamente adaptable, y totalmente capaz de ir evolucionando para funcionar en este rápido crecimiento tecnológico.
La clave no reside en resistirse a la tecnología, sino en comprender sus efectos y aprender a interactuar con ella de manera consciente y estratégica. El verdadero desafío del siglo es la «alfabetización digital» que no solo abarque el manejo de las herramientas, sino también una profunda comprensión de cómo estas herramientas están moldeando nuestra mente, nuestras relaciones y, en última instancia, el futuro de la inteligencia humana.


